Abrazos en forma de café

Tengo la suerte de trabajar en formato ‘home-office’, lo que normalmente es más bien ‘coffee-office’; por lo que me he convertido en catadora experta de cafés y tés en todas sus versiones. Procuro probar diferentes lugares, porque creo fielmente en apoyar a pequeños restaurantes que hacen un esfuerzo por sobresalir vs. Starbucks. Así que cuando voy corriendo y veo algo que me gusta, paso, le tomo foto, y trato de acordarme de la dirección para luego volver. Para la mala fortuna de algunos lugares, sus nombres e imagen son tan insignificantes -y mi memoria tan corta-, que no logro volver a encontrarlos aunque estén a unas cuadras de mi casa.

Pero hace unos días me senté en un lugarcito que regala abrazos en forma de café. Lo había visto varias veces y llamaba mi atención porque siempre huele delicioso lo que cocinan y porque tienen unas mesitas muy lindas en la banqueta. Se llama Pineapple (Av. México 10, Col. Condesa) y su especialidad son los jugos recién hechos, de muchas frutas y verduras. Felicidad para corazones hippies vegetarianos o en constante desintoxicación, por ejemplo.

El lugar es el garage de una casa muy cerca del Parque México, con mesitas en la banqueta y con la decoración sencilla que esperarías de un vecino que te abre las puertas de su casa para invitarte lo que cocinó en el día. Es muy bonito, pero lo más bonito es la iniciativa que el dueño decidió implementar hace tres meses para ayudar a la gente que pasa y que no tiene ni para comprar un café. La idea se llama «Cafés pendientes», y se trata de que los comensales dejen un café (o jugo o sopa) pagado por adelantado para quien lo necesite. Afuera del lugar, colgado en un árbol, tienen un pizarrón en el que anuncian cuántos cafés hay «pendientes» y cuántos se han consumido.

Trabajé varias horas en Pineapple, y pude ver como mucha gente dejaba pagado el café, y también como Ricardo de la Mora, el dueño -y chef-, le ofrece un jugo a los niños que pasan vendiendo dulces o al que pasa pidiendo dinero mientras canta. Todos aceptan, todos sonríen como si les dieran un abrazo.

Me sorprendió ver los pocos cafés cobrados, al parecer ha sido más la gente que deja pagados cafés pendientes que los que se cobran, pero según me contó Ricardo, poco a poco más personas necesitadas se han enterado de esto y ya han regresado varias veces por una sopa o café.

Por si fuera poco este acto de buena voluntad, Pinapple promueve que la gente retome la bonita costumbre de pedir las cosas por favor. Y ofrece descuento en el café si el comensal dice buenas tardes, y aún más descuento si lo pide por favor. Cosa bonita, también.

Y tienen dos monadas más. La primera, tienen el servicio de surtir el menú de un día completo para quien está a dieta. Tú les llevas el plan de alimentación que te manda el nutriólogo y ellos te preparan todo y te lo entregan diario en la puerta de tu casa. Servicio invaluable para quien dice que no tiene tiempo de cocinar y que por eso no come bien.

La segunda monada, comida para perro. Específicamente, tamalitos de pollo o res, hechos con ingredientes especiales que los perros pueden comer sin problema.

Muy bonito Pineapple. Ve y tómate un juguito «No la culpo» de naranja, guayaba, piña, limón y miel, y de pasada deja otro pagado.

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En Twitter: @PineCondesa

T-64 para el maratón de Berlín.

9 Respuestas a “Abrazos en forma de café

  1. Me encanta tu blog y lo mejor es que nos muestra que podemos tener esperanza en nosotros,mismos, en la humanidad, que la mayoría de las personas somos buenas personas, que deseamos que a todos nos vaya mejor, que estamos dispuestos a compartir.
    Sabes? que bueno que tienes tu blog y me llegan tus noticias, me hace creer en el ser humano y me impulsa a hacer también algo por los demás.
    La vida es tan breve para desperdiciarla en envidias, en agravios, en codicia que mejor hay que entregar lo mejor de nosotros mismos y disfrutarla a todo (y todo es toooodooo)
    Te mando un gran abrazo y un beso
    Roberto Alvarez

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  2. Vero, qué lindo! Gracias por darnos a conocer las cosas hermosas de la vida… Ya hay demasiada gente ocupada informándonos de todo lo malo que pasa en el mundo, así que tu blog es una bocanada de frescura. Saludos desde Guadalajara.

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      • Me encantaría que corriéramos juntas alguna vez. Hay un bosque diseñado para corredores que seguro te gustaría conocer. Eso sí, deberás tenerme mucha paciencia. A cambio, prometo unas tortas ahogadas y una deliciosa carne en su jugo… 🙂

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