Algún vecino del Parque México ha decidido decorar los árboles con tejidos. Ojalá sea un rito para protegerlos de la «poda» que, a entender de la delegación, significa lo mismo que talar. Si acaso es magia blanca hecha con estambre, parece que sí está teniendo algún efecto. Los árboles que parecían muertos se ven bastante vivos, y los que seguían vivos, se ven aún mejor usando bikini, suéter o collar.

Cosa bonita el Parque México, que me sorprende siempre y me recuerda que lo importante de correr no es hacerlo rápido o despacio, sino con la suficiente atención para descubrir lo que te rodea.

Faltan 81 días para el Maratón de Berlín, al que con suerte y con la ayuda se los árboles sagrados iré.

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Esto es lo que vi en mis kilómetros matutinos ayer: