Hace unos días regresé al puerto de Veracruz después de muchos años, la última vez que había estado en tierras jarochas había sido nadando contra corriente queriendo ser triatleta. Esta vez volví sin ser deportista y ¡ah qué bien se siente! Llegué a ser porrista, fotógrafa y reportera del Medio Maratón de Veracruz. Una carrera divina, al menos así la vimos los que no sufríamos ni sudábamos, los que teníamos el corazón a ritmo normal, saboreando el amanecer desde la banqueta del malecón, animando a los valientes que decidieron correr los 21 kilómetros. Se veían tan bien corriendo mientras salía el sol, que me hicieron dudar si realmente me gustaba ser porrista. Me dieron ganas de acompañarlos.
Pero no, ser porrista tiene su lado bueno, y me hizo llegar a esta importante conclusión: El secreto para verte buenísimo es usar poca ropa. Sí, así es. Los corredores se ven fuertes y musculosos con la poca ropa que usan para competir, pero flacos cuando están vestidos de civiles. Cosa que cláramente no me está pasando a mí. Por lo que concluyo que, o no soy suficientemente «corredora» o mis atuendos deportivos son demasiado grandes.
Concluí también que es muy conveniente ser animadora, se vive la emoción sin sentir tanto cansancio y más aún si el corredor al que se le echan porras es el mismo que te acelera el corazón nomás con que sonría. [fuertes declaraciones]
Me reencontré con Veracruz con otros ojos, con ojos de turista y tragona. Y entonces lo vi más bonito, lleno de colores, sabores y música. Esta vez viajé con dos personas que me inspiran siempre, con el corredor en cuestión (remítase usted al párrafo anterior) y con una insider, una querida amiga veracruzana que tenía los mejores tips sobre qué se debe de comer en el puerto. Dos corredores que dejan todo cada vez que escuchan el disparo de salida, que sonríen y ríen con las cosas más sencillas, que creen en ellos mismos, que se quejan poco o nada y que me inspiran a seguir corriendo. Una delicia viajar con gente que vive la vida intensamente pero al mismo tiempo viaja ligero y disfruta cada instante. Suerte la mía de tenerlos cerca.
Yo sigo en receso corredor – no por mucho tiempo – pero eso no me impidió deleitarme con las razones por las que usted, estimado lector, DEBE ir a Veracruz. Ahí le van…
¿Por qué ir al puerto de Veracruz?
Porque tienen un malecón divino donde hay un camión lleno de cocos – a todas horas – para la rehidratación, por aquello del calor. Porque los veracruzanos sonríen muchísimo y son muy amables, porque los taxistas tienen las mejores historias. Porque los jarochos saben ser groseros con cariño y si te llega una mentada seguro estará llena de amor. Porque se comen las letras y dicen pescao, y eso no cualquiera lo hace con tanto estilo. Porque inventaron la champola de guanábana, el lechero, el platillo volador, las gordas negras y los frijolitos tirados que sirven en La Parroquia. Porque la vida sería muy triste sin probar alguna vez el pescado a la Veracruzana – aunque personalmente, le recomendaría el pulpo a la idem, cosa maravillosa-. Por las tostadas de jaiba, la cazuela de mariscos, los camarones enchilpayados y el pan de elote en El Bayo. Por el café, el café delicioso, en todos lados, a todas horas.
Vaya a Veracruz, yo sé lo que le digo.
Qué bonito escribes Verito y qué bonito compartir con ustedes el primer viaje del año. Abrazo y que vengan muchas aventuras, historias y sabores más 🙂
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Fregonazo el artículo.
Felicidades.
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Graciaaas, espero tu recuperación vaya viento en popa. 😉
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Siempre pensé q para disfrutar el deporte de correr,habia q hacerlo,pero ahora siento más claro q mirar a las personas correr tambien llega a ser un disfrutado deporte.
Enhora buena.
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¡Inténtalo un día!
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Muy de acuerdo con Araiz, escribes muy bonito, deberías escribir novelas…se lee todo maravilloso, delicioso y de ensueño.
Ser porrista tb tiene su chiste, quisiera ir a un maratón o un medio solo a echar porras, a mí me han animado mucho y me gustaría devolver el gesto porque sé lo importante que es en los últimos kms ese levantón…Gracias por compartir.
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Qué linda, Jakie. Gracias. 🙂
Sí es buena experiencia ser porrista, sí sirve mucho cuando alguien te dice que te ves bien aunque no sea cierto 😉 Abrazote.
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