Treinta y tres grados centígrados, árboles hermosos y gente que sonríe a la menor provocación. Villahermosa huele rico, a pasto mojado.
Fueron diez kilómetros en el parque «La Choca». Un lugar increíblemente cuidado, con acceso a internet gratuito, «paralibros» -estructuras de acero en forma de paradas de transporte público con repisas llenas de libros a préstamo-, clases de pintura para niños… una belleza. Esto es lo que vi: