Brooklyn se ha convertido en un lienzo para artistas urbanos. No es grafiti común y corriente, se llama street art y está en todas las paredes, puertas, postes, incluso en el piso. Los artistas reconocidos se pelean por ocupar los mejores espacios para mostrar sus obras y los dueños de los edificios se dan el lujo de elegir quien «decorará» sus paredes. Eso es para los grafiteros reconocidos, pero para los emergentes no hay limitación: arte encima de la otra pieza de arte.
Lo que antes era un acto de vandalismo, hoy es la más vanguardista expresión artística de Nueva York. Los autores son europeos, americanos y latinos. Hay murales, esténcils, pósters. Mis kilómetros en Brooklyn fueron complicados de correr, era imposible no detenerme a observar. Esto es lo que vi mientras corría y no corría: