Correr por las razones equivocadas

¿Te has puesto a pensar cuál es tu principal motivo para correr? ¿Cuál es la razón profunda que te motiva a ponerte los tenis y salir a la calle a entrenar?
¿Qué es lo que te hace tomar la decisión de programar el despertador a las cinco de la mañana en domingo para ir a correr 10 kilómetros junto con otros miles de corredores?

En últimos días he reflexionado sobre mis propios motivos para correr. Observo a corredores cercanos a mí, observo su determinación para lograr una marca, su persistencia para entrenar, su disciplina para cumplir con un plan, su frustración cuando están lesionados y las miles de formas que encuentran para darse tiempo para entrenar a pesar de sus circunstancias de vida.

Están los corredores que trabajan con jornadas largas y que optan por iniciar el día tres o cuatro horas antes de las personas que no corren. Estos corredores ponen el despertador incluso antes de las cinco de la mañana, para estar en la pista a las 6 a.m. y sentados frente a su computadora a las 8 a.m.

También están los que adicional a su trabajo, tienen familia y por lo tanto muchas obligaciones diarias a cumplir, son los que hacen doble turno laboral y al salir de la oficina llegan a hacer tarea, preparar comida, bañar niños y convivir. Estos corredores son los que encuentran media hora para correr a la hora de la comida, o se ponen los tenis antes de que despierten sus hijos, corren y regresan para llevarlos a la escuela.  Son los mismos que corren empujando una carriola [cada vez que veo a estos señores pienso en la feliz mamá que tiene un par de «horas libres». Bien hecho, papás].

pareja en el maratón cdmx

¿Qué tal los que corren juntos? ❤

O están los corredores que tienen las tres labores juntas: estudiar, trabajar y cumplir con su familia. En este rubro entran las mamás de tiempo completo, que se las ingenian para correr, para entrenar para un maratón, ser mamás, educar hijos, cuidar a su familia, etc. Mi total admiración para ellas.

La gran mayoría de estos corredores practican este deporte de forma recreativa, por lo que a mi entender deberían de compartir un mismo motivo para correr, al menos a nivel muy profundo: conciencia por la salud o en una sola palabra, autocuidado. Esto aplica independientemente los tiempos en los que logren determinadas distancias, los objetivos o el compromiso que tengan.

Quizás las razones superficiales pueden llamarse: bajar de peso, mantenerse en forma o mejorar la condición física, hacer algo de ejercicio, sentirse activo y con energía, reducir el nivel de estrés, darse un tiempo para sí mismos o compartir una afición con la pareja o amigos.

En fin, todas estas motivaciones tienen un común denominador y es que logran un beneficio físico o emocional, cuya raíz -insisto- debe ser el autocuidado, el amor propio. Sin que esto se confunda con egocentrismo o narcisismo.

Para mí, el amor propio está estrechamente relacionado con el autoconocimiento, con el valor y respeto con el que nos concebimos, con saber reconocer nuestras cualidades y fortalezas, pero también nuestros defectos y debilidades. Y conocernos es la única forma de saber qué es lo que nos hace sentir completos o qué es lo que necesitamos cambiar para sentirnos mejor.

Quien se ama y se acepta a sí mismo no busca una constante aprobación en sus acciones, no busca incansablemente la perfección, sino que acepta sus temores sin aferrarse a alguna cualidad física o intelectual. Y no creo que haya nada de malo en cuidar el físico o el intelecto, pero si todos nuestros esfuerzos están concentrados en eso, estamos condenados a sentirnos incompletos. Eso para mí, es la felicidad dirigida por el ego, la que está condicionada a llegar a algún lado, a obtener algo, a la búsqueda constante de aprobación.

Toda esta reflexión es realidad una invitación a mantener presente que correr es salud, no es llevar al cuerpo a límites dolorosos, correr no debe ser bajo ninguna circunstancia, agresivo con el cuerpo. Pongamos atención, porque correr por las razones equivocadas inevitablemente tiene consecuencias negativas.

Y por razones equivocadas me refiero específicamente a correr olvidando que el fin último es el balance físico y mental, el autoconocimiento en el espacio privado que representa, en la perseverancia y la superación de límites mentales.

Observemos si la competitividad nos está acercando lugares peligrosos para el cuerpo o la mente. Distingamos que no nos hace menos valiosos correr más despacio que la persona que está a un lado y nos hace menos corredores no haber corrido un maratón.

Tengamos cuidado con nuestro cuerpo, respetémoslo. Seamos conscientes de que participar en una competencia requiere del entrenamiento, nutrición y descanso adecuado.

Corramos con la misión de amar y cuidar nuestro cuerpo, de darle salud. Corramos siendo honestos con nosotros mismos, sin pretender algo que no somos, sin comprometernos a cosas que estén lejos de nuestro alcance. No digo que no nos pongamos metas altas o que no busquemos mejorar, pero corramos de forma responsable. Correr debe darnos mejor calidad de vida, no lo contrario.

Corramos para compartir tiempo con quienes disfrutan de correr, pero sin olvidarnos de hacer tiempo para nuestros amigos o familias.

Y si por alguna razón correr no nos hace sentir maravillosamente, si está afectando algún aspecto de nuestra vida, tomemos un momento para pensar si de casualidad estamos corriendo por las razones equivocadas.

Yo corro porque correr me hace sentir viva, llena de energía. Corro porque me ayuda a aclarar la mente, me pone de buen humor. Porque correr despierta mi creatividad, mi inspiración para crear. Corro porque corriendo he descubierto lugares increíbles, corriendo se ven cosas que de otra forma no se ven. Corro porque me gusta pensar escuchando el sonido de mis pasos en caminos como este…

loqueveomientrascorro

Corro porque con cada entrenamiento que hago (¡y con los que no hago!) aprendo algo de mí, encuentro algo en mí.

Corro porque es una forma de decirle a mi cuerpo que lo quiero.

¿Tú por qué corres?

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Este texto tiene fragmentos de una de mis columnas publicadas en el Diario Récord, la cual te invito a leer todos los viernes aquí. Y si llegaste a leer hasta este punto, te agradezco mucho que me leas, ¡porque esta semana es el quinto aniversario de #loqueveomientrascorro! 😀 Gracias por leerme, gracias por tus comentarios y gracias por compartir fotos de lo que ves mientras corres. Gracias por la inspiración para seguir escribiendo y compartiendo. ¡GRACIAS!

 

5 Respuestas a “Correr por las razones equivocadas

  1. Felicidades por tu quinto aniversario! y vengan muchos más. Llegué al blog por casualidad, casi recién empecé a correr, y ahora no me lo pierdo.
    Realmente nunca me he puesto a pensar porque corro pero se que lo hago por salud, porque me da energía y me hace feliz!. Y aunque hay días en que me da flojerita salir a correr al final del día mi cuerpo me lo pide.

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  2. Que bonito escribes! Me gustó mucho lo que pusiste en letras y tu forma de pensar y sentir. Me sentí muy identificada, y me hace de nueva cuenta replantearme mi amor por correr y verlo como un modo de auto descubrimiento. Cada día es un reto en sí mismo y no sólo por correr, sino por la vida misma.
    Y aunque algo tarde pero muchas felicidades por el aniversario de tu página. Saludos.

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