Qué comen las francesas para estar tan flacas.

El día que me preguntaba cómo le hacen las francesas para estar tan flacas descubrí algo increíble, le voy a contar…

Las francesas son flacas, estilizadas, pareciera que viven de lechuga. Yo no sé qué hacen, su dieta es la antítesis de lo que recomiendan los nutriólogos ortodoxos, sobre todo sus desayunos. El famoso petit dejéuner, que de petit no tiene nada consiste en pan dulce, ya sea croissant o chocolatín y/o baguette -más veces ‘y’ que ‘o’- con mantequilla y mermelada de las de verdad. Nada de cosas bajas en grasa o sin azúcar. La confiture típica tiene partes iguales de fruta y azúcar. Todo eso acompañado de café o chocolate. Y si hay espacio, un juguito de naranja o una pieza de fruta… por si faltaba azúcar.

Después del maratón de Berlín, de haberme tomado muy en serio la «carga de carbohidratos premaratón» y de llegar a correr con kilos de más, en vez de muy «en forma» por tanto entrenar, decidí que la masacre a la cintura no podía continuar y cual turista perdida busqué en Paris un desayuno con menos contenido de azúcar. Lo había hecho bien, había localizado un cafecito de un chef australiano que ofrecía licuados de proteína, desayunos a base de huevos y jugos de verduras. Obviamente, también ofrecía el típico petit dejéuner, pero no sucumbí.

Salí de ahí con un vaso gigante lleno de un líquido verde viscoso, convencida de que era lo mejor que podía hacer por mí.

Caminaba y percibía el olor a pan recién horneado que reina en París a las 8 de la mañana. Me preguntaba cómo le hacen las francesas, qué es lo que comen para estar tan flacas.

Cuando de pronto vi frente a mí en una esquina una panadería. No era sorpresa, tal vez hay una panadería en cada esquina de París, pero esta se veía diferente. La fila salía del establecimiento, me acerqué y vi las pirámides de panes atrás de las vitrinas. Una guirnalda dorada pintada en el cristal no me dejaba ver más allá, era el reconocimiento al «Mejor panadero de Paris 2008».

Me había acabado el jugo verde y si no lo hubiera hecho, tal vez lo hubiera tirado. Me formé sin pensarlo, como por instinto, mientras empezaba a volar con el olor a chocolate y pan recién horneado.

Mis ojos no lo podían creer, mis panes favoritos, el chocolatín y el rollo de pasas estaban en versiones nunca antes vistas: chocolatín relleno de plátano y el rollo no con pasas, sino con pistaches y chocolate. No sé si pueda haber combinaciones más gloriosas que esas.

Probé los dos panes, así es, los dos. Sí eran gloriosos, excepcionales. No me los acabé, decidí regalarle la mitad a alguien en la calle. Tal vez ese es el secreto de las francesas, tal vez es nunca seguir sus instintos y no formarse todos los días siguiendo el olor hipnotizante.

La panadería se llama «De pan y de ideas» y el panadero es Christophe Vasseur, un joven que dejó su exitosa carrera como ejecutivo en el mundo de la moda para «darle forma y vida a sus emociones a través de la masa, para retomar las raíces tradicionales y hacer productos excepcionales», según dice. No quería ser un panadero más, quería ser EL panadero. Y lo logró, ha ganado varios premios, en marzo de 2008 fue elegido el mejor panadero en París por la revista gourmet Gault & Millau y en 2012 fue elegido «El panadero del año» por otra importante publicación francesa.

Después de ser practicante por dos años, decidió abrir su propio negocio, estableciéndose en un local que fuera una de las últimas panaderías auténticas de Francia. Un lugar donde se ha vendido pan desde 1889. Los muebles son los originales y cuando entras a la tienda parece que viajas un siglo atrás.

En la puerta hay una hojita pegada que dice «Voy a hacerte un pan como nunca lo has visto antes, y en este pan habrá amor y amistad», una cita del libro «La Mujer del Panadero» de Marcel Pagnol.

La variedad de panes es limitada, porque se trabaja con masa madre, una masa que requiere de fermentación durante varias horas o días. Por ejemplo, su baguette tiene un proceso de preparación de 7 horas, mientras que a la mayoría de los panaderos parisinos les toma sólo una hora y media. Esto hace que el pan dure fresco y crujiente por más tiempo.

La especialidad de la casa es el «pan de amigos», un pan delgado, denso, con corteza gruesa y sabor a nuez. No lo probé, será mi pretexto para volver a París, tal vez es la mejor excusa para correr algún maratón francés.

Porque para qué engañarme, mis principales razones para correr, son comer y viajar. Además, no he descubierto el secreto de las francesas para estar tan flacas, nunca las he visto correr tanto como yo y yo no me he visto nunca como ellas.

Aquí un poco de lo que vi, permítase babear y suspirar:

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Si usted tiene planeado ir a París, no deje de ir a «Du Pain et des Idées», está en 34 rue Yves Toudic. La página web es: http://dupainetdesidees.com/

13 Respuestas a “Qué comen las francesas para estar tan flacas.

  1. hay toda una serie de teorías y muchos libros sobre el tema…comen peeero caminan todo el día y eligen carbs buenos vs los malos…Está el libro «Las francesas no engordan» Mireille Giuliano si te interesa!! yo digoooo que vale la pena copiar la dieta si incluye chocolate croissants y vino tinto!!! 😀

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  2. Yo viví en Francia 2 años y literal bajé como 10 kilos. Le «petit-déj» como le llaman y la cena son una grosería si consideramos lo que se «debe» cenar 🙂 Creo que el punto está en que caminan como locas, son movidísimas y al menos en el pueblo donde yo vivía (y donde también hay una boulangerie excepcional) la bicicleta es el vehículo por excelencia, además se toman la vida con menos estrés que uno. La hora de descanso es sagrada y los domingos, después del déjèuner que más bien parece la última comida de Baco, una petite promenade de 2 horas por la montaña quema TODAS las calorías que pudieras haber ingerido hasta ese momento. Creo que esa es la fórmula, comer sin culpa, caminar mucho, mucho y relajarse.

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  3. Hola Vero!
    Leí esta entrada de tu blog hace unos meses y justo tenía ya un boleto comprado a París para este mes. Acabo de regresar y uno de los lugares que sin duda busqué fue «Du Pain et des Idées». Estuvo delicioso el chocolatín y la tarta que probé! Mil gracias por todas tus recomendaciones para comer, correr y viajar.
    Un abrazo!

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  4. Amo comer, pero tengo fobia a la gordura, asi que vivo con nutriologa, running, gimnasio, natación y muchas actividades más y que cabe resaltar amo hacer ejercicio.
    Yo no tengo auto así que mis pies y el transporte publico son mis compañeros siempre y aún así no logro estar tan flaca como ellas. El día que visité París también me sorprendió su fisico dije Dios como demonios están tan espigadas, pero yo creo que aparte de lo movidas que son su metabolismo es benévolo.
    En cambio Mexicanos lloren, nuestro metabolismo es tendiente a la gordura y la diabetes, herencia Española.
    Así que a seguir corriendo porque los genes son los genes. 🙂

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  5. Siempre es una delicia (en todos los sentidos) leer estas líneas.
    Hace algunos años viví con una francesa, por Dios ¡comía todo el día! Pero eran vegetales y frutas, las menos azucaradas, mucho pescado, poca carne y bebía litros de té al día. (Debí haberme sometido a esas reglas)
    Siempre preparando sólo con los básico, poco aceite, nada de especias mas que las necesarias y naturales.
    Creo que nuestra alimentación es variante porque desde pequeños no nos enseñan cómo comer, qué comer (en verdad, no sólo la pirámide nutricional)
    Más allá del ejercicio, saber que todo alimento procesado ¡es el arma mortal de la gordura! (habla una experta en materia)

    En fin…esas francesas tienen lo suyo, así como muchas mexicanas hermosas.

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  6. Hola!!!!
    De casualidad he llegado a este blog a través del artículo «no te enamores de un corredor». Somos una pareja de triatletas de larga distancia y me ha llamado la atención así que me he puesto a bichear este blog.
    Cuál ha sido mi sorpresa al leer este artículo sobre las francesas que he descubierto un lugar especial, una panadería inolvidable: ¨De pan y de ideas¨
    En abril del 2015 fuimos a correr la maratón de París, y como nos encantan tanto los dulces buscamos las mejores panaderías de la ciudad. Después de comprar en varias y degustar exquisitos croissant, la tarde después de la carrera nos decidimos a ir en busca de esa panadería. Cogimos varios metros y andamos varias calles casi perdidos hasta que entramos en ella.
    Tal cual la describes. La fila de personas comprando y el olor tan peculiar. Compramos un pan que nos duró casi una semana, incluso ya de vuelta a España; también compramos croissant y dos pasteles de pistachos con chocolate que a mi novio le entró por los ojos. Cuando salimos de allí él no dudó en sentarse en el banco de madera que hay fuera y comerse, según él, el mejor pastel que se ha comido nunca.
    Siempre recordamos aquel sitio y aquel pastel.
    Mientras seguía leyendo el post y has nombrado el pastel de pistacho, y he visto las fotos he saltado de emoción porque nos vienen muchos recuerdos. ¡Qué casualidad!!!!!!!
    Nosotros también decimos que hacemos deporte para luego hartarnos de comer cositas buenas. jajajaja…
    Me alegro mucho haber dado con este blog. Seguiré leyendo tus cositas y espero aprender mucho, y así apuntarme direcciones y detalles para cuando vaya a correr maratones por el mundo.
    Un saludo!!

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