¿Usted hace lista de propósitos de año nuevo? ¿Los cumple?

Yo le propongo, estimado lector, que este año se proponga viajar. Viajar más, viajar a un lugar nuevo, viajar solo o viajar sin itinerario. Tengo la certeza que la felicidad que genera viajar es infinita y empieza por anticipado. El goce empieza con el click a «reservar vuelo», eso para mí, es una delicia que me saboreo día a día hasta que pongo el pie en el avión.

A finales del año 2011, se me ocurrió definir como propósitos de año nuevo «hacer un viaje cada mes y leer un libro cada mes». El segundo propósito parecía más fácil que el primero, sin embargo, resultó difícil cumplir la meta de lectura, la vagancia mensual no me lo permitió.

Un «viaje al mes» podía ser desde un paseo corto de fin de semana a 50 kilómetros de la ciudad o unas vacaciones largas en otro continente. Incluyendo viajes laborales, que bien aprovechados, se convertían en un paseíto patrocinado.

Durante días le platicaba a la gente mi propósito y cada que lo decía, yo me la creía más y algunos me creían menos. De pronto me escuchaba afirmándolo y no sólo planteándolo como «meta de año nuevo». Invitaba a todo el mundo, nadie me decía que no. Los que sí creyeron que lo haría, fueron los que se unieron en alguno de los destinos.

Al cabo del sexto mes, y del sexto viaje, empezaba a recibir preguntas: ¿En qué trabajas? ¿Cómo le haces? ¿Cuánto ganas? ¿Te sacaste la lotería?

Ninguna respuesta parecía lógica – ni para mí -. Porque no, no soy millonaria, no soy reportera de National Geographic y tampoco tengo un patrocinador. Cuando empecé mi propósito, tenía un trabajo de 9 a 6, compromisos mensuales que pagar y cero pesos ahorrados. Pero aún así, lo logré. Y cada viaje hizo que mi año fuera inolvidable. Después, al finales del año, en lugar de un viaje al mes, hice un viaje por dos meses.

Pienso que la gente no viaja a donde sueña porque no ha puesto suficiente empeño para lograrlo. Viajar a la playa, a otro país o a algún destino exótico puede ser más barato y más sencillo de lo que muchos imaginan. Mi propósito del 2012 se cumplió cabalmente, incluso lo arrastré al 2013 y ya no concibo que el 2014 no incluya muchos kilómetros en avión, en barco o en camello.

¿Cuál es el secreto? Son dos: Ponerle fecha y planearlo.
(En realidad son tres secretos, el tercero se lo daré más adelante)

La planeación incluye elegir el lugar, el tipo de viaje y el número de días para poder así definir un presupuesto.
Hay muchas formas de viajar, de forma modesta o con todo lujo. Lo importante según yo, es empezar por saber cuánto cuesta un viaje. Lo segundo, ponerle fecha.

Lo ideal es empezar por hacer un presupuesto estimado de transportación, hospedaje, comidas y entretenimiento. Después, ese presupuesto, dividirlo entre el número de días que faltan para la fecha de despegue. Cuando ves el número, te das cuenta que tal vez es sólo cuestión de recortar gastos hormiga. Para mí, «un viaje al mes» ha significado menos comidas fuera, menos manicures, menos ropa o zapatos. Tal vez para usted, significará menos cervezas.

Por ejemplo, los costos aproximados para un viaje al maratón de Nueva York el 2 de noviembre (faltan 300 días): $500 de avión
$450 dólares de 3 noches de hotel -podría ser mucho más barato-
$200 dólares de comidas -comiendo rico y sin limitación-
$100 dólares de múseos -podría ser cero, hay muchas exposiciones gratuitas-
$150 dólares de taxis y metro
Total: 1400 dólares, que divididos por los 300 días que faltan resulta en $4.7 dólares por día.

Si al hacer la planeación, la fecha vs. presupuesto no hacen sentido, se mueve la fecha y se continúa la planeación.

El tercer secreto: Correr.

Para mí, correr ha sido un pretexto para viajar. Correr ha sido mi forma de definir fechas de viaje inamovibles, de elegir destinos nuevos y de conocer lugares increíbles a pie, a mi ritmo y viendo cosas que de otra forma, no vería jamás. El entrenamiento para un maratón, te da una estructura muy formal a la agenda pre viaje, te hace más eficiente y con suerte te ayuda a gastar menos en cosas innecesarias.

Así que si usted, amigo lector, ya corre, ¡corra a inscribirse a un maratón en alguna ciudad diferente a la suya! O mejor aún, en otro país. Tal vez el maratón de Culiacán, el medio maratón de Tequila, el Ecomaratón Tajín (aquí mi reseña) ¿Qué tal el medio maratón de San Francisco (aquí mi reseña del maratón) o el maratón de la Muralla China?

Pero si usted no corre, empiécele, agárrelo de pretexto. Junte los planes de viaje con los planes de correr. La planeación se vuelve más divertida, la quema calórica por adelantado le asegura que en el destino viajero, valdrá la pena cada comida postcarrera. Empiece corriendo un minuto, luego dos, luego cinco. No es tan difícil. Le aseguro que el camino para prepararse para una carrera foránea hará inolvidable su viaje. Es una maravilla re-correr cuidades. Inténtelo, propóngaselo este año. Aquí hay un súper calendario de carreras en toda la república: http://araizcorre.com/calendario-de-carreras-2014/ y aquí algunas opciones de carreras en el extranjero: http://www.maratones.com.mx y http://www.maratones.org

Yo empezaré el 2014 retomando el «lunes viajero» en este espacio y compartiéndole todo lo que vi en estos meses de viaje. También empezaré el año con unos kilómetros en Veracruz. Mis pies necesitan playa.

Esto es lo que vi, en mi primer día del 2014, en Altata, Sinaloa:

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